Reseña de 'Los Miserables', Víctor Hugo.

 


Mi opinión sin spoilers.

El libro más complejo con el que me he topado hasta ahora y desde luego el que más esfuerzo y tiempo me ha costado, y no por su extensión (a pesar de tener 1166 páginas), sino porque se trata de una obra compleja y densa.

Pero lo que más le diferencia del resto de libros que he leído es que Los Miserables es mucho más que una novela. Si bien la parte narrativa es la que más pesa sobre las otras, el autor hace con esta novela una labor de concienciación política que resulta admirable. Tanto la historia como los personajes son una herramienta para cumplir un objetivo mucho mayor: hacer una profunda crítica hacia la sociedad del S.XIX (extrapolable a nuestros tiempos) y defender la rebelión de las masas populares como medio para alcanzar el progreso y la elevación intelectual (influencias de la ilustración, como buena obra francesa).

Si tuviera que mencionar cuatro temas principales sobre los cuales orbitan todos los personajes y la historia misma sin duda serían la injusticia, el amor, la esperanza y la redención.

La injusticia personificada en nuestro protagonista, un hombre condenado a cumplir 19 años de cárcel por el simple hecho de robar una barra de pan para alimentar a sus sobrinos. Cuando por fin es libre, se encuentra con una sociedad que le da la espalda y le trata como a un animal. Al menos hasta que una persona decide darle una oportunidad y ofrece una luz con la que guiar su camino.

"Jean Valjean había entrado en el presidio sollozando y temblando; salió de él impasible. Había entrado desesperado, salió de él sombrío. ¿Qué había pasado en su alma?"

Encontramos críticas hacia la situación de la mujer en esa época, pues otro personaje que simboliza la injusticia es una joven que, tras quedarse embarazada de un hombre que la engaña y utiliza, se ve forzada a ser madre soltera (una de las grandes vergüenzas de aquel entonces). Tiene que separarse de su hija durante años para poder trabajar: cuando sus compañeras de la fábrica se enteran que tiene una hija sin estar casada, la repudian, la maltratan y consiguen que la echen, perdiendo el poco dinero que ganaba. Para mantener a su hija, se ve forzada a vender muchas cosas, entre ellas su cuerpo y dignidad.

Otro tema, el amor, se manifiesta de muchas maneras: tenemos el amor romántico que se profesan dos jóvenes; el amor de un padre por su hija, la cual supuso su salvación en un momento de oscuridad; el amor de un abuelo por su nieto a pesar de sus diferencias ideológicas irreconciliables; el amor de un policía por su idea de deber e integridad y el amor de unos jóvenes revolucionarios por su patria.

Pero bajo todas estas capas de miseria, crítica social y corrupción que el autor saca a relucir, se puede hallar un importante mensaje sobre la capacidad de redención de los seres humanos: conseguir darnos cuenta de nuestros errores, cambiar nuestra forma de actuar y percibir el mundo cuando esta ha sido errónea y aprender a vivir de manera noble e intentando hacer el bien al resto.

Tengo la obligación de advertir que hay varias partes del libro que pueden resultar bastante tediosas al lector, porque, aparte de salirse de la historia e irse por las ramas, son fragmentos que duran bastantes páginas y pueden hacer que uno pierda el hilo con facilidad. Suelen ser partes donde el autor profundiza sobre eventos de la historia de Francia (la batalla de Waterloo), donde empieza a hablar sobre cuestiones filosóficas o de justicia social o simplemente capítulos donde describe la ciudad de París (25 páginas hablando sobre sus alcantarillas).

Pero, desde luego, merece todo la pena, pues leer este libro es una experiencia enriquecedora. 

Para terminar, debo decir que tiene momentos donde se me puso la piel de gallina, pero lo tengo que definir como un libro triste y desolador. Víctor Hugo utilizó esta historia para plasmar sus esperanzas en el S.XX, como pensaba que la sociedad sería más justa y comprometida, que el ser humano habría superado las guerras y las personas habrían dejado de ejercer abuso unas sobre otras. Lamentablemente, el mundo de hoy en día no es como imaginó y la mayor parte de los problemas que criticó siguen presentes.

Nada mejor que este fragmento, pronunciado por Enjolras (líder de la barricada), para ejemplificar lo que he dicho anteriormente y ver de manera clara la idea del autor sobre el futuro:

"Al ejecutar a este hombre, he obedecido a la necesidad; pero la necesidad es un monstruo del viejo mundo; la necesidad se llama Fatalidad. La ley del progreso es que los monstruos desaparezcan ante los ángeles, y que la Fatalidad se desvanezca ante la fraternidad. Es un mal momento para pronunciar la palabra amor. No importa, yo la pronuncio y la glorifico. Amor, tuyo es el porvenir. Muerte, me sirvo de ti, pero te odio. Ciudadanos, no habrá en el porvenir ni tinieblas, ni rayos, ni ignorancia feroz, ni talión sangriento. Como no existirá Satanás, tampoco existirá Miguel. En el porvenir nadie matará a nadie, la tierra resplandecerá, el género humano amará. Llegará, ciudadanos, el día en que todo será concordia, armonía, luz, alegría y vida. Y para que llegue ese día, nosotros debemos morir".

Si les gusta leer, lean Los Miserables.
Si les interesa la historia y la política, lean Los Miserables.
Pero sobre todo, si son sensibles ante la injusticia social y viven según unos valores, lean Los Miserables.


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